Los artistas abrieron su corazón en una charla íntima donde dieron a conocer cómo nace su camino como artistas y cómo se llevan con la exposición pública.
Mau y Ricky son los hijos de Ricardo Montaner, sin embargo, lograron lo que pocos artistas pueden: ser una marca registrada sin ser reconocidos como “hijos de”. Los vocalistas empezaron cantando en una Iglesia Cristiana, luego fueron parte de la banda de su padre y seguido a eso se animaron a lanzarse como dueto.
Sin embargo, el gusto por la música inició muchos años antes, cuando eran apenas unos niños, si bien se criaron rodeados de artistas, sus padres tuvieron mucho que ver en el camino que ambos eligieron para construir su carrera.
Ricky: —Desde que tengo recuerdo ha sido como el futuro que hemos anticipado, o no anticipado más bien como soñado desde muy chiquitos. Mau y yo desde que tengo uso de razón, nuestros regalos de Navidad siempre eran un parral de micrófono, o un micrófono, o una guitarra o una batería, o platillos. Tenemos toda la vida soñando con esto y viviéndolo entonces eso también ayuda, a que lo que dice Mau de esa frescura de gira tras gira o cómo nos renovamos o cómo mantenemos esa frescura. Porque la parte que más nos gusta es armar la gira, es ver cómo vamos a poder sorprender a la gente que está repitiendo el concierto porque queremos que la gente se suscriba a nuestro canal como quien dice, el contenido que nosotros le ofrecemos, por eso estamos constantemente renovándonos. Eso es lo que nos da vitalidad y lo que más nos gusta
— Es muy difícil siendo hijo de un artista tan reconocido como Ricardo Montaner pasar a ser “Mau y Ricky” sin ser “hijo de” y ustedes lograron despegarse de eso y crear su propio camino, ¿cómo lo lograron?
Mau: —Con tiempo y con paciencia, la verdad es que pasaron muchos años donde sí éramos “los hijos de” y creo que nos preparamos antes de tiempo para asegurarnos de estar bien con eso y saber que eso iba a pasar. Obviamente frustraba muchas veces, pero nosotros lo vivimos desde la alegría y sabíamos que teníamos que lograr cierta conexión con la gente para poder tener ese nombre propio. Era normal que la gente nos llamara “hijos de” especialmente teniendo un padre, gracias a Dios, que le ha ido de la manera que le ha ido y que es tan querido como lo es.
—Son hermanos y comparten su trabajo, ¿Siempre fue el proyecto lograr sus sueños juntos?
Mau: —Siempre, porque todo fue muy natural,no comenzó como “ok vamos a hacer algo juntos”, siempre lo sentimos y hoy en día más que nunca. No me gustaría nunca hacerlo yo solo, es un trabajo difícil y sin dudas tener a mi hermano ha sido la bendición más enorme que existe porque aparte nuestra fortaleza como banda es esta hermandad más que cualquier otra cosa.
—¿Cómo es trabajar con la familia?
Ricky: —Hermoso. Trabajar con la familia es bello, muy bello.
Mau: —Sí, es lo mejor que hay. Cuando uno puede compartir y tiene las mismas pasiones uno tiende a tener mucho de qué hablar, entonces uno habla todo el día y casi
que todos los días de lo mismo, y cómo nos ayudamos es lindo. Eso yo creo que es lo que más me gusta, el hecho de que tenemos una familia donde estamos constantemente ayudándonos entre todos.
El público se siente parte de la familia Montaner, ¿cómo sienten eso?
Ricky: —Es lo máximo. Al principio eso puede darle miedo a cualquier familia, decir: “Oye, cómo vamos a exponernos a que la gente…” pero un poquito siento también que es parte de nuestro propósito: inspirar familia. Por eso estamos haciendo el reality que va a estar saliendo pronto en Disney Plus, porque tenemos la manera de, a través de lo que vivimos nosotros, inspirar capaz a gente alrededor del mundo a pedirle perdón a un hermano o a volver a hablar con los papás que tienen meses sin hablar, siendo un ejemplo de familia, que no es perfecta pero el respeto y el amor ante todo.
—¿Cómo manejan las críticas?
Mau: —Bien. No le damos mucha bola a las críticas la verdad, gracias a Dios llevamos muchos años en esto como para ya tenerlo un poquito caricanteado (están acostumbrados). Si uno no lo busca incluso no lo lee, entonces meterse en Twitter es un error, cuando de repente sucede algo. Tratamos de mantenernos leyendo las cosas de la gente que realmente nos sigue y que realmente nos da cariño y que nos ama porque al final nosotros estamos para ellos.
Ricky: —De todos los artistas que más admiro siempre hablan mal, soy igual que, qué sé yo, Justin Bieber.
El desafío de sorprender al público en cada show
Mau y Ricky son socios a nivel artístico y profesional y eso hace que más allá de compartir un vínculo familiar, tengan que idear constantemente nuevas formas de sorprender al público en cada uno de sus shows. Los fanáticos los eligen una y otra vez y aprovechan cada oportunidad que tienen para reencontrarse con sus artistas favoritos. Es por ese motivo que van a verlos más de una vez y para que eso se repita, cada recital tiene que ser único y especial para el público.
¿cómo hacen para planear algo diferente y sorprender en cada encuentro al público?
Mau: —Nosotros somos fans de lo que sucede cuando uno está abierto a que sucedan cosas. Muchas veces cuando uno está muy cerrado a un show muy estructurado, que de principio a fin tiene siempre todo lo mismo, no permite que sucedan las cosas que realmente son especiales entre el público y la gente, y esto es un show más que nunca interactivo, la gente se va a sentir como protagonista en este show.
—Antes de subir al escenario, ¿se ponen nerviosos?
Ricky: —El otro día nos pusimos nerviosos cuando hicimos lo de “Llorar y llorar” para Facebook. Decidimos con Carín León, para celebrar lo que está pasando con “Llorar y llorar” en México, llegar sin avisar, bajarnos del auto llegar a una fuente y tocar ahí la canción sin decirlo en Twitter, ni en ninguna red, entonces estábamos muy asustados. Dijimos “Qué pasa si nadie nos reconoce, si nadie se emociona, si nadie se acerca, si nadie se sabe la canción, si a nadie le importa”.
Pero antes de un concierto ya no nos ponemos nerviosos. Eso que dicen de “si te dejan de dar nervios es porque te dejo de importar”, es mentira. Eso no es verdad, porque ya no me da nervios ir a darle un beso en la boca a mi mujer, pero me emociona tanto como cuando se lo di cuando la conocí, o sea, no me deja de emocionar darle un beso en la boca. Previo al concierto no necesariamente me pongo muy nervioso antes de tocar porque estamos seguros de lo que hacemos, pero de vez en cuando si inventamos alguna loquera que nos pone nerviosos.
—¿Tienen artistas que los inspiran?
Mau: —Sin duda tenemos a nuestros artistas preferidos, por ejemplo Coldplay que toda su carrera han logrado evolucionar, ir mutando e ir creciendo. Yo siento que los artistas que más amo son los que logran eso y los que no se quedan como paralizados en el tiempo, sino que al contrario van constantemente creciendo y van evolucionando y adaptándose a los sonidos que hay, pero sin dejar su firma. Cuando vemos este tipo de artistas sin dudas nos inspira a crear y hacer cosas. Obviamente como son nuestros ídolos siempre los vemos para arriba, entonces cada cosa que hagan uno los ve desde otros ojos y eso es hermoso.
—¿Cuál es la musa inspiradora de Mau y Ricky a la hora de escribir?
Ricky: —Distintas cosas, lo que más me gusta es pensar en poder servir como de storyteller para la gente, que si están viviendo algo poder plasmar eso en una canción y que sientan que se las escribimos directo a lo que están viviendo. Porque todos vivimos prácticamente lo mismo: todos nos enamoramos, a todos nos rompen el corazón. Muchas veces pensamos que nuestras penas y nuestras glorias son únicas a uno, y sí y no, porque todos los seres humanos vivimos cosas muy parecidas. Yo me guío de muchas cosas que me imagino que podrían pasar con mi esposa o cosas que he vivido en el pasado, lo voy canalizando por ahí. Cuando estoy hablando de un encuentro por primera vez con alguien puedo llegar a imaginarme el primer encuentro con Stefi o con alguna historia del pasado eso lo vamos canalizando todo el tiempo sin duda. La musa en sí es el poder contar la historia, o sea, es raro, es como que llega la historia y la historia es la musa, no sé cómo explicarlo así.
Mau: —Algo que amo mucho es el pensar en esa relación que tenemos con nuestra gente, con nuestras fans y con la gente que sigue nuestra música y es un poco lo mismo que hacemos con los shows. Yo estoy aquí y hago música por y para esa gente, entonces siento que la gente está muy presente en nuestros corazones y en nuestra mente cuando estamos creando porque todo es para ellos y por ellos.
Sí obviamente lo hacemos porque amamos hacer música, pero yo no vengo acá a hacer música solamente porque me da felicidad y solamente para mí, sino por eso me quedaría en mi cuarto haciendo música y listo porque pues sería para mí. Pero la gente es todo, entonces disfruto mucho de pensar en ese primer momento en que la gente escuche la canción o en esos momentos difíciles que la canción va a ayudar a sanar o acompañar.
—¿Imaginaron algún día estar donde están hoy?
Ricky: —Sí, en cosas sí y en cosas no, o sea, esto me lo he soñado toda mi vida, entonces esto me lo he imaginado, pero llega un momento de tanto buscarlo que uno dice “bueno capaz que no es para mí”, pero en la parte de atrás de la cabeza siempre sabía que esto era lo que quería hacer y que no había plan B para mí ni para mi hermano. Sí me lo imaginé, pero Dios siempre consigue la manera de sorprenderte aún más. Sí, me imaginé tocando en el Luna Park (Argentina) pero no me imaginé cómo me iba a sentir tocando en el Luna Park. Te imaginas el logro, o sea me imagino parado en el escenario y el Luna Park lleno, pero no me imaginaba el impacto que iba a tener en mí o el impacto que el show capaz tenía en alguien y yo vi esa mirada y vi cómo lo estaba viviendo esa persona y esa parte más emocional, más espiritual, más profunda, es un agregado que cuando dicen “Dios tiene planes mucho más grandes de lo que tú te imaginas”, pues sí, siempre.
Mau: —Claro, era el mismo Luna Park pero fue más grande en mí y en Ricky que de lo que nos imaginábamos.
Ricky: —Por el tiempo pasado, por los años que pasamos viviéndolo, por lo que se vivió ahí adentro. Fue especial.
Los sueños de Mau y Ricky
—¿Algún sueño que tengan por cumplir a nivel artístico?
Ricky: —Varios. ¡Tantos Dios mío!
Mau: —Tengo muchos. Sueño por ejemplo con hacer River en algún momento, no hay apuro, pero sueño con eso. Sueño con seguir haciendo música con mi hermano, me emociona. Sueño con poder hacer una gira el año que viene que me permita conocer lugares que no he conocido, irme a Europa, eso me emocionaría mucho y hacer una gira por Estados Unidos ya un poco más formal.
El próximo lanzamiento de Mau y Ricky es su disco, que llevará el mismo nombre que la gira: “Desgenerados”. “Es un disco que no tiene géneros y es un poco ese juego y esa hermosura de paseo entre la diversidad de los géneros que hay en la música, que sentimos que ya de por sí se están borrando esas divisiones y es una celebración de eso, es una celebración de la diversidad“, detalló Mau.
Una vez que terminen con las fechas que tienen pactadas en Argentina para el mes de septiembre, Mau y Ricky van a hacer una pausa en su gira para que Mau pueda dedicarse de lleno a esperar a su primer hijo, Apolo. El nacimiento del niño se espera para el mes de octubre y para ese entonces, el artista quiere estar tranquilo junto a su esposa, Sara Escobar, quien en este momento no lo acompaña en sus viajes como solía hacerlo y trabaja desde su hogar en el que se siente más cómoda durante la dulce espera.
Después del nacimiento de Apolo y cuando Mau esté listo para volver a girar, los artistas seguirán su viaje por el mundo para reencontrarse con los fanáticos de distintos países. El próximo año esperan poder cumplir el sueño de volver a tocar en Europa, donde el público los espera de brazos abiertos. Ambos confían en que Dios les dará la posibilidad de tocar también en Estados Unidos, país donde también son muy queridos.
Mau y Ricky estuvieron de acuerdo en que el show que prepararon para “Desgenerados Tour” es un espectáculo sin precedentes en el que el público se sentirá protagonista y se irá más feliz de lo que llegaron. Promete ser un recital inolvidable según sus palabras.