Lali Espósito no solo se destaca por su talento artístico, sino también por su carisma y su actitud enérgica y locuaz. Luego de protagonizar Sky Rojo, de ser jurado en La Voz Argentina, y en pleno apogeo de su carrera musical tras el éxito de su ‘Disciplina Tour’, la cantante de 31 años se vuelca en una nueva aventura, como protagonista y productora de “El Fin del Amor”. La nueva serie está basada en el exitoso ensayo de Tamara Tenenbaum.
Nació en el barrio porteño de Parque Patricios y comenzó su carrera con tan solo 10 años. Formó parte del semillero de Cris Morena y desde entonces no paró de encarar proyectos: telenovelas, series, películas y obras de teatro. Desde que lanzó su primer álbum “A bailar”, Lali Espósito viene priorizando su carrera como cantante, pero este 4 de noviembre vuelve a la ficción argentina. A sus 31 años, la actriz cuenta con 20 años de trayectoria artística cosechando importantes éxitos. Es considerada una referente del feminismo, tiene más de 11 millones de seguidores en sus redes sociales, y recientemente fue declarada Personalidad Destacada de la cultura en la legislatura porteña.
En ‘El Fin del Amor’, Lali encarna a Tamara Tenenbaum, la filósofa, escritora y docente de la UBA, que decide romper con su educación religiosa y cuestionar las leyes del amor romántico y la monogamia. La protagonista deja a su novio para rebelarse contra el concepto tradicional de pareja, y a partir de esa ruptura, se adentra en un camino de exploración sexual y afectivo, rompiendo con varios mandatos.
Considerando su religión, ¿cómo fue armar el personaje de Tamara? ¿en qué te sentís identificada?
Lali: Para armar el personaje tuve un coach de religión, porque no es la religión con la que crecí entonces hay un montón de cosas que no sé. Tamara también me ayudo muy especialmente a entender conceptos básicos. Es un mundo y una religión increíble, el judaísmo y el ortodoxo todavía más. En nuestro país está una de las comunidades más grandes del mundo, caminás por las calles y estamos en convivencia con ellos. Sin embargo, cuando te metés un poco más y estudiás este universo muy particular, del cual Tamara eligió irse muy joven, más allá de saber cosas básicas, yo estaba encarnando a una mujer de 30 años. Esto me sirvió para entender un poco de dónde viene, quién es y abrazar hasta su propia contradicción con respecto a la religión, pudiendo reconocer lo que no está tan bueno, y lo que sí está bueno y por eso mucha gente la elige y la prefiere.
Tamara es una filósofa de la cultura pop. En su libro habla sobre una chica que empieza a rebelarse en su adolescencia.
¿En qué aspectos considerás que te rebelaste ante la vida?
Lali: Creo que viene por el contexto donde yo crecí, el lugar donde crecí y las limitaciones básicas que uno tenía. No solo de dinero en el caso de mi familia, sino de oportunidades para poder lograr ciertos sueños que yo tenía, con respecto al arte y todo. Era muy chiquita para terminar de comprenderlos cuando empecé a trabajar. Tenía 10 años, un poco bizarra mi historia igual, pero creo que sí derribaba conceptos en esa época. Te hablo de mi capacidad hace 20 años, de ser mujer y de empezar a crecer en un universo, en un ambiente como el de la televisión que es genial y a su vez es hostil, como para cualquier niñe. El hecho de crecer y vivenciar algunas cuestiones que capaz no están tan buenas, yo creo que hubo un momento en mi adolescencia en el que me di cuenta de lo que tenía que derribar para dedicarme a la música. Mi primer disco fue independiente, y eso ameritaba una garra siendo mujer y de corta edad, en una industria. En ese momento no estábamos abrazando mucho al feminismo, y yo miraba para un costado y siempre me sentía bastante sola, en ese lugar pop, femenino y joven, donde no había muchas otras que me acompañaran en ese momento. Hoy miro para un costado y veo tantas pibas rompiéndola, no solo en nuestro país sino en la industria de la música, y me alegra porque te sentís acompañada, sentís que hay otra, una mujer laburando de lo tuyo y empujando por lo mismo que vos querés. Fueron varias las cosas a nivel profesional, y a nivel personal porque, así como no es fácil ser mujer en esta industria, tampoco era fácil ser mujer para muchas otras cuestiones. Haber creado mi propia productora y un montón de cosas que yo quería hacer, siempre las sorteé laburando.
El libro habla sobre una chica que se rebela ante el amor, el sexo y el mercado del deseo. ¿Viviste algo similar en tu vida personal?
Lali: Evidentemente hay una empatía directa, pero ya no lo siento solamente para conmigo, sino como lectora del libro, del ensayo de Tamara. Cuando lo leí me interpeló porque sentía que había mucho de eso que ella decía y que a mí me estaba pasando. También me preguntaba esas cosas y me incomodaban esas estructuras, en cuanto a lo sexo afectivo, los laburos, la vida en general. Hay un paralelismo con ese momento, y que yo lo esté produciendo y actuando en la serie, claramente en mi vida también estoy poniéndome en lugares incómodos y saliendo de ciertos esquemas. Prefiero ir por lo incómodo, a ver cómo me siento y qué es lo que me pasa. Hay algo de esa rebeldía de Tamara que quizá yo lo tenga, o que intente tenerla. Me parece que es sano preguntarse cosas y no comprar exactamente eso que nos dijeron que era la felicidad y el amor. Aparte, hemos comprobado como generación que no es así.
Los que estamos entre los treinta y treinta y pico, ya nos re dimos cuenta que hay cosas que no están buenas y que son dañinas, que te pueden trabar, te pueden hacer sentir todo lo contrario a la felicidad. Así que igual que Tamara, como individua, hago este proyecto porque hay algo que me lleva como un imán. Obviamente en lo personal estoy en un proceso muy parecido, como la “crisis de los 30”, aceptando todo eso que me dijeron que debería haber sido como mujer, y a esa edad no quiero ser y no estoy siendo. A los 30 estoy siendo otra mujer con otros cuestionamientos.
La serie fue realizada en su mayoría por mujeres. ¿Qué podés contarnos acerca de la fuerza feminista en el set?
Lali: Increíble. Este es un proyecto que inició por supuesto con Tamara, la creadora de este libro, y con Erika Halvorsen, que es nuestra showrunner, tan querida guionista y amiga. Empezamos a expandir ese equipo y terminamos siendo un grupo increíble, con dos directoras (Leticia Dolera y Constanza Novick), y todo un equipo de actrices hermoso. También hay actores varones por supuesto, pero es una serie híper feminista con muchas mujeres llevando adelante personajes muy importantes. Es un grupo femenino muy potente, un equipo técnico increíble, el trabajo de cámara, en arte, vestuario. Necesitamos más mujeres trabajando en proyectos como este, y lo hemos llevado a cabo muy al cien, en un equipo muy equitativo como corresponde.
¿Cómo conviven la Lali cantante, actriz, productora, artista?
Lali: Es un lío, no te voy a mentir. La verdad es que es un proceso que no requiere ya tanto de mí. Yo laburo, hago todo. Yo te voy, te vengo, te canto, te bailo y te hago la serie. Pero después tengo un equipo que, si no estuvieran conmigo, no podría trabajar todo lo que trabajo, con tanto ímpetu, con tanta agenda. Es mucho laburo.